Asumir la Maternidad en la Juventud, significa compartir tu libertad e independencia con alguien por amor, ya que depende de ti y sus necesidades son más grandes que las tuyas.

lunes, 4 de mayo de 2015

La Juventud y La Maternidad (primera parte)

Ser joven y ser madre es un reto. Convertirnos en madre cuando aun nos faltaba mucho que aprender, como dije, es un reto. Como todo en la vida hay días buenos y hay días no tan buenos. Hay días con mucho estrés y otros días más tranquilos. Sobrellevar y lidiar con esos días difíciles siendo solo jóvenes a veces era dificultoso, siendo joven y madre implica ejercer más fuerza para enfrentarlos. Todos en alguna etapa de nuestra vida siempre batallamos con algún tipo de problema, ya sea, económico, laboral, de salud o emocional, la vida siempre nos invita a enfrentarnos a algún obstáculo. Está en nosotros superarlo. Pasar por la juventud significa: definir tus metas, encontrar aquello que te apasiona o aquello que tienes oportunidad de ejercer y prepararte arduamente y alcanzar el futuro que anhelas. La juventud como dicen es estar en la flor de la vida. Al principio fuimos unas semillas que echamos raíces, brotamos un largo tallo adornado con hojas y de un pequeño bulbo en la cima nació una flor. Llegar a la juventud es gratificante. Después de pasar largos procesos en la niñez, la pubertad y la adolescencia  llenas de cambios y definiciones llegamos a la juventud y logramos el inicio de nuestra independencia completa para el futuro. Paralelamente a las responsabilidades, ser joven esta acompañado de diversión, emociones al límite, eventos sociales, moda, dormir hasta tarde en nuestros días libres, salidas, gustos y todo aquello que tengamos la libertad de poder hacer. Cuando te conviertes en mamá, todo esto se límita de una u otra manera. Muchas mujeres jóvenes se convierten en madres cuando están en medio de una carrera universitaria, otras cuando están ejerciendo una línea laboral, otras, simplemente, están disfrutando al máximo de su independencia, otras están buscando la manera de sobrevivir día a día. No importa que estabas haciendo antes de quedar embarazada y decidir tener a tu bebé en definitiva tu vida iba a dar un giro completo. Con esto no quiero decir que nuestra independencia y nuestra vida tenga que truncarse, a lo que me refiero es que el orden de nuestras prioridades tiene que cambiar. Al estar embarazadas, en nuestro vientre se estaba formando un pequeñito o pequeñita que nos empezó a necesitar desde el momento de la concepción. Necesitaba que tengamos cuidado de nuestro cuerpo para que pueda crecer sano y salvo. Esto quería decir que las fiestas, las amanecidas, el licor y el cigarro debían desaparecer. El reposo y la comida saludable era lo principal. ¿Se dan cuenta? Sí, empezaron los cambios. A muchas y tengo que ser sincera les cuesta, a muchas otras no. El ser humano tiene, francamente, una naturaleza egoísta. El nivel de egoísmo varía en cada persona. Hay personas que piensan en los sentimientos y necesidades de otros y hay otras personas que pasan por encima de lo que sea por conseguir lo que quieren. Que clase de persona eres definirá que tipo de madre serás. 
Por otro lado, la economía es un factor muy determinante a la hora que vamos a tener un bebé, los gastos se convierten en interminables. Desde el embarazo, a veces surgen gastos especiales que el seguro del estado no necesariamente va a cubrir y vamos a tener que conseguir el dinero, y si optamos por la clínica los gastos son más altos y sólo queda esforzarnos. Hasta ese punto las cosas son más manejables, pero al nacer los bebés los gastos suben hasta las nubes. Depende del apoyo que nuestros padres, pareja o padre del bebé nos brinden determinará nuestro esfuerzo económico para mantener a nuestros hijos. Van a haber situaciones en las que nos vamos a tener que dejar de comprar algo que realmente nos guste, un par de zapatos o una blusa bonita, para poder comprar pañales, ropa o lo que sea que nuestros hijos necesiten. Quizás, algunas crean que exagero, pero hay mujeres que hasta eso las confronta. He oído a una chica que estaba embarazada mientras compraba ropa decir: "Bueno ahora que estoy embarazada tengo que darle prioridad a todo lo que el bebé necesita y, bueno, estoy subida de peso así que cuando el bebé nazca yo volveré a ser una prioridad, cómo es que voy a dejar de comprar lo que me gusta. Tengo que ser yo primero otra vez", conozco a otro par que embarazadas seguían yendo a discotecas y regresar a las dos de la mañana les parecía temprano. Tener que quedarnos todos los fines de semana y dejar de salir frecuentemente llega a ser algo aburrido, pero nada se puede comparar con el bienestar de nuestros hijos. No dormir lo suficiente, pasar madrugadas cuídándolos y ya no tener días de descanso confronta. Convertirnos en mamás significa dejar de pensar sólo en nosotras mismas. No importa si estás trabajando o estudiando, no importa si tu mamá, tu tía o una nana te ayuda a cuidar a tu bebé, nada de eso importa TÚ sigues siendo la mamá y eres la mamá a tiempo completo aunque no puedas pasar todas las horas del día con tu bebé. Ese es otro punto de ejercer la maternidad joven, muchas veces tenemos que seguir estudiando o trabajando, porque nuestros bebés llegaron antes de esa estabilidad que toda persona necesita alcanzar para proveer a una familia. No te sientas mal por no estar todo el tiempo con tu bebé, estás esforzándote por él. Estás obteniendo un futuro para ambos. Encontrar el equilibrio de nuestras actividades es el secreto. Cuando regreses  a casa abrázalo con fuerza y llénalo de amor, comparte las pocas horas que restan del día. Tu bebé es tu tesoro. Por el contrario, si no estás invirtiendo tu tiempo de manera adecuada y el trabajo o los estudios son un escape a tus responsabilidades, apresúrate en cambiar. Un tesoro es valioso, es único y, por eso mismo, te lo pueden arrebatar. El tiempo te lo quita, las etapas de nuestros hijos pasan rápido, aunque muchas veces no se sienta así. Pero la verdad es que pasan rápido, si no mírense al espejo, hace un tiempo eran pequeñas niñas que jugaban con muñecas y ahora ya son mamás. Lo que quiero explicar es que nuestra juventud nunca va a ser igual, va a ser difícil, vamos a extrañar no hacer nada, o hacer mucho, pero ya somos madres. Quiero que entiendan que ser mamá es una decisión, así como el amor. Decidimos dar todo por nuestros hijos y sacrificar todo lo que sea necesario para su felicidad. En el momento es arduo, pero en tu corazón sabes que es lo mejor. A veces vamos a renegar y llorar, pero es parte de madurar. Recuerden, nos convertimos en madres antes de lo esperado, no se frustren. Nuestros hijos han venido a enseñarnos a aplicar el verdadero amor.

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